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Algo nuevo nació en nosotros

Lectura Bíblica: Juan 1, 1-18

Lectura: ¿Qué dice el texto?

En Jesucristo contemplamos la gloria de Dios, pues la Encarnación del “Verbo” fue la más grande revelación de Dios. Y es que la Palabra, la misma que en Génesis creó todas las cosas, está en nuestro medio, es Dios con nosotros. El “Verbo” vino como la “Luz” en medio a las tinieblas, para sacarnos de toda la oscuridad. Ha surgido un nuevo Hombre, quien nos ha libertado del pecado y de la muerte. Por lo tanto, debemos encarnar de tal manera en nosotros Cristo-Palabra del Padre que nos tornemos su Palabra para el mundo. El cambio de “Palabra” en “carne” (en el niño de Belén) es la impresionante aventura de un Dios que ama hasta lo inimaginable y que, por amor, acepta revestirse de nuestra fragilidad para que tengamos vida en plenitud. He aquí la expresión más concluyente del amor de Dios por cada uno de nosotros. Es su amor sin límites. Contemplemos y adoremos este increíble amor. Acojamos la Palabra. Dejemos que Jesús nos cambie, nos dé la vida plena, volviéndonos, de este modo, verdaderamente, hijos de Dios.

Meditación: ¿Qué me dice el texto?

Dios nos invita a una vida de rectitud en su Palabra. Necesitamos dejarnos guiar por el deseo del Señor. En mi vida, ¿estoy oyendo a Cristo Palabra? ¿Estoy leyendo y meditando la Sagrada Escritura? La Palabra está en nuestro medio. ¿Soy, de verdad, un fiel que da testimonio a cada día del nuevo hombre en que me trasformo progresivamente? Algunas veces no medimos nuestras palabras y las utilizamos para herir, para lastimar. ¿Qué estoy haciendo con este regalo tan precioso que me ha dado Dios?

Oración ¿Qué digo yo a Dios?

Te alabamos, Señor, por tu amor y compasión por nosotros, tus hijos. Gracias por tu santa encarnación, por su Palabra viva en nuestras vidas. Instrúyenos, Dios, para que vivamos tus preceptos. Hagamos del Salmo 118 (119) nuestra oración
33. "Señor, enséñame el camino de tus preceptos, que los quiero seguir hasta el final. 34. Dame la inteligencia para guardar tu Ley, y que la observe de todo corazón. 35. Guíame por la senda de tus mandamientos, pues en ésa me complazco. 36. Inclina mi corazón hacia tus testimonios y no hacia la ganancia. 37. Guarda mis ojos de mirar cosas vanas, me darás vida en tus caminos. 38. Cumple con tu siervo tu promesa dirigida a aquellos que te temen. 39. Aparta de mí el desprecio que temo pues tus juicios son para mi bien. 40. Mira cómo deseo tus ordenanzas, tú que eres justo, vivifícame."

Contemplación: “Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros y hemos visto su gloria” v.14.

- Con la encarnación, algo nuevo nació en nosotros. - La alegría emerge en nuestro corazón, pues Él está en nuestro medio. - Dios se hizo tan pequeño, un niñito, en un pesebre. No existe prueba de amor más grande. - Promover la paz es recibir el Dios de la paz. Dios se hizo pequeño para alzarnos y darnos vida y dignidad.

Acción:

Comprometámonos a una fidelidad aún más grande a la lectura y meditación de la Palabra de Dios. Que la Palabra sea nuestro alimento diario. Hagamos todos los días nuestro examen de conciencia para pedir perdón por nuestras fallas y también para corregir todo lo que necesita mudanza.
Que en este día, el último del año de 2018, utilicemos nuestras palabras para acoger el próximo, para bendecir, para pedir perdón a quienes lastimamos, para hablar de las maravillas de Dios. Empecemos en nuestra casa, con nuestros familiares.
Que Dios bendiga a cada amigo y amiga que comparte de esta maravillosa herramienta espiritual que es la lectio divina (lectura orante).
¡Un bienaventurado 2019 a todos!

Créditos: http://www.cristonautas.com